Haciendo de mi coaching ágil, un coaching AAA

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Hola! Sólo por compartir brevemente mi visión acerca de tres características fundamentales que considero debe tener un ejercicio de coaching ágil profesional. Desde mi punto de vista, el coaching ágil debe ser AAA: Agnostic, Actionable & Accountable.

Agnostic (Agnóstico)

Nuestro trabajo como coaches ágiles no es la implementación o adopción de frameworks ágiles; es colaborar en la habilitación y refuerzo de la capacidad de adaptación y aprendizaje de una organización o equipo; elevar su nivel de consciencia. Es acompañar su camino hacia mejores resultados, hacia mejorar su capacidad de adaptación al entorno y buscar el bienestar de las personas, la organización y el ecosistema.

Más importante que el framework, es identificar la «brecha», la complejidad en el sistema y los patrones que impiden a las organizaciones y equipos a llegar al estadío que quieren llegar. Un coach no debe «casarse» con frameworks o herramientas, debe casarse con el propósito; y usar las herramientas adecuadas en el momento adecuado para alcanzar ese propósito.

Actionable (Accionable)

Sin acción no hay mejora. No sólo es entender un concepto, recibir un curso sobre Scrum, un taller de historias y hacer retrospectivas con una linda técnica; si no existen acciones de mejora no habrán cambios visibles o resultados; si no hay disciplina no hay mejora. El entender no es suficiente, hay que tener la intención. El tener la intención no es suficiente, hay que accionar. Y una única acción no es suficiente, hay que ir hacia el hábito. Hay que generar la reflexión y la consolidación del aprendizaje, y tomar la siguiente acción. Coaching es sobre resultados, es sobre cerrar brechas.

Entonces: Entendimiento -> Intención -> Acción -> Refuerzo (reflexión y más acción). Acción es un comportamiento con propósito. 

 Accountable (Responsabilidad e Involucramiento)

Accountable para mí es: responsabilidad e involucramiento.

Responsabilidad en decir y hacer lo correcto para el cliente; incluso si este no lo desea o no es lo que quiere oír. Ser íntegro con tus valores y recomendar desde tu experiencia lo que se siente y sabe que es correcto y bueno para el momento que atraviesa el cliente y su contexto actual. Es ayudar a buscar transfomaciones y cambios sostenibles que puedan seguir generando aprendizaje incluso cuando ya no estemos allí. Es el acto más honesto y profesional.

Involucramiento, significa que no se puede generar un coaching ágil efectivo a través de visitas esporádicas estilo «tome esta pastilla y nos vemos en tres meses». Se debe «acompañar» al coachee, se debe reforzar su aprendizaje, se debe despejar su camino, se debe ayudar a corregir o reforzar la técnica, se debe expresar con ejemplo, se debe inspirar la interiorización de los principios. Hay que estar presente. Entender que como coaches, somos parte del proceso; verlo y sentirlo desde adentro, no como expectadores. No siempre estás en la cancha, pero estás en la línea apoyando a tus equipos hasta el momento que el coachee lo necesite. En mi experiencia, el coaching es un camino de crecimiento para ambos: el coachee y el coach.

En mi ejercicio de coaching ágil, trato y trabajo cada día para hacer de mi coaching, un coaching AAA.

Espero que esta reflexión te aporte. Gracias por leer.

Johnny

El Zen del Scrum Master: Self-Mastery

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He notado que cuando se habla del rol del Scrum Master, siempre se lo expresa «hacia fuera», es decir; la descripción de aquellas responsabilidades que tiene hacia el equipo o la organización. Esto es importante sin duda, pero a mí me gusta también explorar este rol «hacia dentro»; y cuando lo hago uso una analogía -tomada de la representación del yin y el yang– a la que he denominado el Zen del Scrum Master.

El yin-yang es una representación taoísta muy conocida que se refiere a la «dualidad» existente en todo lo que habita en este universo. El círculo yin-yang es familiar (quizás unos de los conceptos orientales más difundidos). El yin corresponde a la mitad del lado izquierdo de la esfera, de color negro; representa la pasividad, la absorción, la tierra, la oscuridad, lo nocturno. Por su parte, el yang pertenece al lado derecho de la esfera, de color blanco y representa el principio activo, luminoso y diurno. No puede haber yin sin yang, o yang sin yin…y hay un poco de yang en yin, y un poco de yin en yang.

En el Zen del Scrum Master, el yin es el «self» o el «yo». Hace referencia al dominio del individuo, a la maestría personal; esto es: el conocimiento de ti mismo, el dominio y uso de tus emociones, al dominio de tu ego, el desarrollo de la escucha empática, a la consciencia y dominio de tus palabras…y como todo esto te ayuda a crecer como individuo y como Scrum Master.

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Exploración y conocimiento del «Yo»

El yang hace referencia al «mastery» o «dominio de la técnica». Esto es acerca al desarrollo de habilidades para crear espacios donde los equipos se habiliten a tomar sus propias decisiones para aprender y mejorar. Es sobre el dominio de técnicas para la introspección, ideación y solución, es sobre ayudar a elevar el nivel de consciencia de los equipos; y por supuesto- es sobre el dominio del método Scrum o otros métodos ágiles, técnicas de facilitación, retrospectivas, mentoring y guiar al equipo para ayudarlos a crecer.

Expresar a través de la técnica

Posiblemente lo siguiente sea una parte menos conocido en el yin-yang. En el yin-yang no existen sólo dos fuerzas, existen tres: el yin, el yang y el Tao…la fuerza que los une, la fuerza conciliadora, que no se ve pero allí está.

Zen del Scrum Master

Taller de Scrum Masters que facilité en BBVA Colombia, 2017

En esta pequeña analogía, en el Zen del Scrum Master hay el«self», la«mastery» y el «Self-Mastery».

Ser Scrum Master (SM) es vivir en un ejercicio continuo de «auto-maestría» (Self-Mastery). Que si bien, hay un principio sobre el dominio de la técnica de Scrum y ágil, hay un principio sobre el dominio del ser, de las emociones, de la maestría personal.

Hay un poco de «Yo» en mi «Técnica», y un poco de «Técnica» en el dominio de mi «Yo»…y ninguno de ellos viven solos.

Posiblemente todo esto suene algo «esotérico» o «romántico» para la mayoría de agilistas, pero por experiencia en carne viva puedo compartir: ser un Scrum Master o Agile Coach es un camino de trabajo constante en uno mismo, de crecimiento personal que toca fibras íntimas, que replantea; y también de «expresar a través de la práctica», del dominio de la técnica. Un Scrum Master o Coach comparte y expresa lo que se lleva por dentro; y esto sin duda ayuda a crecer en el rol y ayudar a sus equipos. No subestimen el Zen del Scrum Master.

Gracias por leer.

El autodominio es un desafío para cada individuo. Sólo nosotros podemos controlar nuestros apetitos y pasiones. El autodominio no puede ser comprado con dinero o fama. Es la prueba definitiva de nuestro carácter. Requiere descender por los profundos valles de nuestras vidas y escalar nuestro propio Everest.

– James E. Faust

 

​ Shu Ha Ri: la historia del samurái y sus tres hijos

«Shu Ha Ri» es uno de los conceptos más populares en el mundo ágil y es utilizado comúnmente como analogía para describir las etapas de madurez en el dominio de una técnica o maestría sobre algo.

La interpretación más utilizada que he visto es: «Seguir la regla, adaptar la regla, romper la regla». En alguna ocasión, leí una interpretación de Ri como: «Ser o convertirse en la regla». Esta me gustó más. Todas estas variaciones son muy utilizadas en actividades de trainning, mentoring, coaching, comunidades, artículos, modelos de evaluación de equipos y roles ágiles, y otras aplicaciones. Me atrevería a decir, que es conocido por todo agilista.

Sin embargo, -y con todo respeto- pienso que estas interpretaciones pueden ser simplificaciones que limitan la comprensión de la esencia y el obtener el beneficio del significado trascendente.

Para explicarme un poco mejor, permítanme compartir con Ustedes cómo aprendí el concepto del Shu Ha Ri; gracias a la historia que me contó un gran amigo y mentor japonés. Esta historia le fue contada por su abuelo cuando era muy joven y me la narró de la siguiente forma:

«En la época del Japón feudal, había una vez una familia de un samurái con sus tres hijos. Este samurái fue requerido para una misión que tardaría siete años. La noche antes de partir, durante la cena; el samurái pidió a sus hijos que en su ausencia nunca dejaran de practicar el arte de la espada y de honrar el código del guerrero. Los tres hijos asintieron y juraron ante su padre. Siete años después, el samurái estuvo de regreso. Esa noche, durante la cena; el samurái preguntó a sus hijos si habían honrado el juramento que hicieron ante él al momento de su partida. Todos asintieron y afirmaron haber honrado la promesa.

Antes de dormir, el samurái pensó: «¿de qué forma puedo darme cuenta que en verdad han practicado y cumplido su promesa?». Ideó una prueba que pondría en marcha en la mañana siguiente. Amaneció, y muy temprano el samurái preparó la prueba. Colocó una cubeta de madera con agua en el filo superior de la shoji (puerta deslizante japonesa), y él se sentó dentro de la habitación.

 Entonces llamó a su hijo menor, quien esperaba junto a sus hermanos fuera de la casa, con sus espadas en la cintura. Al abrir la puerta, la cubeta cayó a toda velocidad. Golpeó la cabeza del hijo menor, pero antes de que cayera al piso…este sacó la espada y la dividió en dos con mucha destreza. El samurái hizo una reverencia ante su hijo. Luego, armó nuevamente la trampa y llamó a su segundo hijo. Al abrir la puerta, la cubeta cayó a toda velocidad, el segundo hijo se da cuenta, la esquiva…y antes de que cayera el suelo…desenvaina la espada y parte la cubeta en dos. El samurái hizo una reverencia ante su hijo. Finalmente, arma la trampa y llama a su hijo mayor. Al abrir la puerta, la cubeta cae a velocidad; el hijo mayor se da cuenta…y levanta su mano para sostenerla en el aire sin que cayera ni una gota de agua. El samurái hizo una reverencia ante su hijo.»

– «Y eso es Johnny: Shu, Ha y Ri»…terminaba la historia mi amigo. Hasta aquí, estaba algo atónito…tratando de descifrar la moraleja. No era claro para mí, de qué forma esta historia se conjugaba con la concepción de Shu Ha Ri que tenía en ese entonces. Al ver mi cara de confusión, mi amigo me dice:

¿Qué piensas? ¿te gustó la historia?.

«Me encantó!», le respondí, «…pero no logro comprender aún.»; y posteriormente me hizo una reflexión que hasta hoy, considero uno de los mejores regalos de que me han realizado.

«Shu Ha Ri» no se trata únicamente del dominio de la técnica. Se trata de la consciencia de tu entorno y el manejo de tu energía. En el nivel más alto de maestría, cabe la búsqueda de la más pequeña acción que genera el máximo impacto posible utilizando el mínimo de energía, sin romper la armonía con tu entorno. Acción sin acción, estar presente, ser consciente…más allá de la destreza de la técnica.

En la historia, todos eran diestros en el uso de la espada; más, la diferencia entre el hijo menor y el hijo mayor, es que este último sabía cuando usar la espada…y lo más importante, cuando no usarla. Me decía también, que hay variaciones de la misma historia pero con la temática de la ceremonia del té, escritura japonesa y otras artes; y múltiples enseñanzas alrededor, por ejemplo: el orden en el que el samurái llama a sus hijos, hace referencia a que llegar a un nivel de consciencia más profundo toma tiempo, y entre más viejo mejor usas tu energía…que es difícil identificar a una persona en nivel Ri, y que por lo contrario de lo que se pensaría, a mayor nivel de maestría, más quieto, más callado y más humilde se vuelve la persona.

Gratamente asombrado y todavía con mi cabeza dando vueltas, le agradecí a mi amigo. Esta reflexión sigue conmigo en cada paso de mi vida y mi carrera; y espero sinceramente que les ayude en su proceso de crecimiento personal y el de sus equipos.

Gracias por leer.

Balance organizacional: más allá de la conciencia de Equipo

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¡Ya una semana y un poco más desde el Ágiles 2016! Esta fue una ocasión muy especial y gratificante para mí…sí algo cansada también; pero una experiencia muy satisfactoria al reunirnos nuevamente con los viejos amigos, hacer otros nuevos y juntarnos para compartir y aprender de lo que nos gusta: Agilidad, sobre ayudar a mejorar la vida de personas y organizaciones.

Al mismo tiempo muy complacido y sorprendido del nivel de los agilistas de la región. Observé y participé de muy buenas charlas, vi muchos reportes de experiencia y me enriquecí del aprendizaje compartido de los practicantes ágiles a partir de su experiencia de probar cosas en sus equipos y organizaciones; de seguir creciendo en agilidad. Esto fue muy bueno.

Mientras conversaba con varias personas y lanzaba algunas preguntas, pude constatar la madurez en la aplicación de prácticas ágiles a nivel de equipo y de proyecto: la aplicación de mejores técnicas para el tratamiento de backlogs, mejores retrospectivas, un enfoque más amplio del rol de Scrum Masters, Product Owners y Agile Coaches, patrones y técnicas para formar equipos ágiles y mejorar su auto-organización, contratos ágiles, sobre cómo mejorar el aprendizaje y demás. Esto fue muy chévere, sin embargo pude notar que la mayoría de argumentos fueron dados bajo una perspectiva de equipo.

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Lori Leitgeb en Ágiles 2016 – Keynote speaker

Durante su Keynote, Lori Leitgeb hablaba de casos donde el equipo lograba ser tan auto-organizado, tan cohesionado y casi tan independiente que paulatinamente perdían el foco o no contaban con la claridad suficiente del impacto de lo que construían sobre el negocio y sobre la compañía a la cual pertenecían y de cómo soportaban la visión. Las decisiones que tomaban los equipos que mencionaba estaban enmarcadas dentro del contexto de ¿cómo podemos ser mejores equipos?, ¿cómo mejoramos técnicamente?, ¿cómo aplicar mejores prácticas? Y así por el estilo.

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Resumen de la charla ketnote de Lori Leitgeb en Ágiles 2016 – Facilitación gráfica gracias a Ana Betancur

Las organizaciones no son exactamente una democracia

Algo que hay que reconocer es, que hasta que lleguen enfoques como «Holacracy», «Sociocracy», organizaciones Líquidas y «Teals» a nuestras geografías; la mayoría de las organizaciones que conocemos y en las que participamos no son una democracia (sin embargo, felizmente existen notables excepciones en Latinoamérica). Comúnmente, el equipo no puede decidir sobre qué línea de negocio trabajará la compañía, qué mercados abordarán o qué sueldos van a ganar. Sí, no es que me guste mucho…no obstante es una realidad (y como agilistas trabajamos para lograr mejores matices).

De aquí que es necesario para equipos y los practicantes ágiles tomar conciencia que somos parte de un ecosistema, que estamos circunscritos dentro un entorno empresarial y social, y que hay vida más allá del código: gerencias, sistemas de gestión, estrategias de mercado, impacto de negocio, proveedores, inversionistas y demás; y que cada elemento de este gran sistema interactúa con muchos otros y afectan al comportamiento del todo. Los equipos -ágiles o no- no son islas dentro de la organización.

Menos ruedas de entrenamiento, más balance

Uno de los conceptos claves detrás de #ModernAgile (y que me enamora sinceramente) es: el de encontrar un balance. Una linda analogía de Joshua Kerievsky para ilustrar que más allá de las prácticas o marcos de trabajo, la Agilidad requiere balance para florecer. Y desde mi punto de vista, este balance debe lograrse en múltiples niveles: desde un nivel personal, de equipo, de departamento o grupo, de organización y de sociedad.

Balance organizacional

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Durante mi charla en el evento, utilicé una metáfora del «ecualizador» de los aparatos electrónicos de música para ilustrar el concepto de balance organizacional. Y si bien no existe configuración perfecta, cada organización debe encontrar la apropiada «ecualización» para el ritmo que desea tocar. Cada «slider» afecta al sonido que se produce. Si cada slider fuera una etapa del flujo del valor o un área de la organización, el trabajar para subir ese único slider no necesariamente produce el mejor efecto a la organización. Desde un punto de vista sistémico, se estaría sub-optimizando el sistema. Imagine, que se lleva Agile y mejores prácticas al área de desarrollo y estamos creando mejor software y a un buen ritmo; y las subsiguientes etapas o antes de colocar a producción -por ejemplo: Certificación, Seguridad, Riesgos, Legal- no trabajan al mismo ritmo: ¿cuántas de aquellas historias de usuario están en producción generando valor o retroalimentación? ¿Qué tan ágiles somos en realidad?

Imagine que lleva Agile a TI o a las áreas de Delivery, pero áreas como Talento Humano, Proveedores, no están sintonizadas al ritmo que desea tocar la organización o que exige el mercado; en realidad no es una organización ágil por más prácticas ágiles que incorporemos.

Mientras Lori hablaba, vino a mi mente una imagen que se quedó grabada y que alguna vez viera de una presentación de Masa Maeda de su modelo Serious LeAP, estas piedras que representan el balance organizacional:

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Prosperidad tomado del modelo Seriuos LeAP de Masa Maeda

Valor para los Clientes o el mercado, valor para las personas dentro de la organización y valor para la empresa o negocio; la idea es encontrar la armonía entre estos tres elementos, balance. Coincidentemente, un esquema muy similar al presentado por Lori en su charla para la toma de decisiones dentro de su compañía.

Balance integral

Lo único que podría añadir a esto, es que no hay que olvidar que somos parte y que afectamos a la sociedad en su conjunto: la comunidad humana, el ecosistema, la ecología y cómo hacemos de este un mejor planeta para todos.

Pensamientos finales

Lo bonito de la palabra balance es que no implica que uno de los elementos es más importante que otro. Lo que quiere decir que las prácticas ágiles a nivel de equipo son importantes y necesarias; y que los valores y principios del manifiesto deben vivirse e interiorizarse; todo esto sin olvidar las otras perspectivas. Pienso que si tenemos más conciencia de este ecosistema actuaremos de mejor forma y con mayor claridad en nuestro propósito de ayudar a las personas y organizaciones que acompañamos.

Gracias por leer, un abrazo.

Johnny

Referencias y lectura posterior

 

 

Ecos del Scrum Coaching Retreat Latinoamérica 2016

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Durante el fin de semana anterior tuve el privilegio de participar del Scrum Coaching Retreat Latin-American 2016 que se llevó a cabo en Cartagena de Indias, en el que un grupo de apasionados Agile Coaches de México, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile y Argentina; nos juntamos para aprender y compartir, en busca de continuar creciendo como mejores Coaches. Fue un tiempo fantástico de discusión, aportes, risas y descubrimiento personal junto al mar.

Al ser la primera vez que participaba, tenía mucha expectativa sobre el formato y sobre el objetivo general. Tras la bienvenida del Equipo organizador, arrancamos con una primera dinámica muy divertida facilitada por Luis Mulato, en verdad no sé si tenga nombre; pero tenías que construir una casa junto con un compañero, donde un tercero se albergaría, a la voz de «¡terremoto!!» se tendría que reconstruir casas con otro compañero y albergar a una persona diferente. Linda dinámica, muchas risas; excelente para romper el hielo.

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Después una presentación cruzada entre nosotros, para conocernos y saber de dónde veníamos. A continuación, la siguiente dinámica facilitada por el Hada de la Facilitación Gráfica, Claudia Sandoval; el Café del Mundo (World Coffee). Primicia para mí, no lo había escuchado antes, estaba emocionado. Claudia nos llevó en un viaje de reflexión y de propuesta a través de varias preguntas poderosas; que poco a poco me fueron aclarando sobre el propósito de las actividades que vendrían, básicamente: «¿Cómo podemos ayudar a los Coaches Ágiles de la Comunidad Latinoamericana en los desafíos de su labor y al mismo tiempo ayudarnos en ser mejores coaches?». Me conmovió y me enganchó.

Luego de esta concientización, comenzamos con un Market Place de aquellos tópicos que quisiéramos abordar para ayudar a los Coaches Ágiles tomando en cuenta los desafíos a los cuáles nos estamos enfrentando y hacia dónde está yendo la Agilidad.

Fruto del agrupamiento, las ideas convergieron en cuatro grandes temas y al mismo tiempo en 4 grandes propósitos, donde cada uno sería abordado por un equipo. Así que nos nombramos, creamos nuestra identidad y arrancamos nuestros sprints. Los nombres de los equipos me parecieron sensacionales, comenzaba la aventura.

Yo estaba en el grupo Agile Inc. (cualquier parecido con Monsters Inc. es pura coincidencia 🙂 ). Bajo nuestra responsabilidad: el brindar herramientas a los Agile Coaches para lograr convencer a altos Ejecutivos sobre los beneficios de la Agilidad e involucrarlos activamente en procesos de transformación. Debo reconocer que en nuestro equipo se respiraba mucho amor:

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Arrancamos. Como era de esperarse, al final del Sprint deberíamos mostrar a los Stakeholders y al resto de los equipos nuestro progreso (Review plenaria) y tendríamos nuestra Retrospectiva individual por equipo. Durante el sprint noté algo interesante y que el gran Ricardo Colusso mencionara al iniciar; estábamos teniendo los problemas y comportamientos que tienen los equipos de desarrollo a los que nosotros acompañamos. Vivíamos las etapas de formación de un equipo y los desafíos que eso conlleva.

Lo que pasaría después me asombraría en una magnitud tal que me costaba creer que lo que estaba viendo haya sido concebido en el tiempo de un sprint. Totalmente sorprendido por la calidad, profundidad y conocimiento demostrados en los productos de cada equipo; de altísimo nivel, impecables, totalmente aplicables y útiles para muchos contextos. El poder de co-creación del grupo no tenía límites. Gratamente sorprendido.

El aporte a la Comunidad Latinoamericana

Nada resume mejor lo logrado en este evento que la siguiente imagen creada por Claudia:

Nuestro aporte a la Comunidad

Brevemente:

Agile Yoda: aportan un lienzo y más herramientas de colaboración en una caja de herramientas para el desarrollo de las competencias de un Agile Coach; enfocado en dos sentidos: el SER y el HACER. Lo que me encantó en este equipo fue que abordaron el lado «soft» que debe desarrollar un coach para su labor, el SER. Me conecté mucho con el trabajo de este equipo.

Ágil Cultores: aportan un framework para medir el nivel de Agilidad dentro una Cultura, basado en el modelo de Schneider; y al mismo tiempo proponer técnicas o herramientas al Coach para guiarlo en cada caso. Me encantó que su enfoque estaba basado en la premisa de que en cualquier tipo de cultura -incluso las más dura de Control- puede existir Agilidad, y que hay potenciarla o mantenerla. Como yo lo veo, este trabajo tiene una potencialidad de poder llevarse a todo el mundo, seguramente asistiré a charlas donde se hablará de este framework.

Agile Inc.: aportamos con el Agile Enterprise Coaching Toolkit Journey, una guía para el Coach ágil que desea llegar a altos Ejecutivos con los argumentos apropiados, en cada etapa existe un grupo de herramientas que pueden usar para prepararse antes o durante de una etapa adecuada. Me gustó mucho el enfoque que tomamos dentro el grupo de hacer empatía con el Directivo de Alto nivel, y modular nuestro lenguaje para ser asertivos; me gustó las discusiones que generamos y cómo complementamos nuestras experiencias empresariales. A partir de mañana, este journey es mi mejor amigo en mi labor del día a día.

Homo Sapiens Sapiens: aportan el Sapiens Sapiens Agile Learning Framework, además de lo fantástico del nombre, esta herramienta propone nuevos niveles y jornadas para lograr aprendizaje de forma efectiva y ágil. Me encantó que posee y demuestra sólidas bases científicas sobre cómo aprendemos los seres humanos, desde el punto de vista de funcionamiento del cerebro, motivación intrínseca basada en el trabajo de Daniel Pink, escenarios para el mejor aprendizaje; es muy visual y basada en tarjetas, es genial….casi un trabajo de doctorado!

Todos los recursos son accesibles aquí. Mi invitación a revisarlos, usarlos y entregar feeback hacia los equipos -y por supuesto sumarse; la idea es que el trabajo pueda evolucionar y refinarse.

Aquí y aquí podrán ver algunas las fotos del evento.

El Cierre

Durante la tarde del tercer día llevamos a cabo un Open Space algo diferente gracias a nuestros compañeros Homo Sapiens Sapiens; quienes la «hackearon» en buena manera para mostrarnos nuevos enfoques de aprendizaje, como bien lo mencionaron: «aprender a aprender». Armamos varios tracks donde se propusieron temas muy actuales y de atención para coaches ágiles: el uso de Story Telling para influenciar la Cultura, Learning 3.0, escalamiento ágil con SAFe, siguientes pasos en la maduración de los productos generados, Soft Skills para Agile Coaches, entre otros. En este último participamos haciendo juegos de roles, simulando escenarios difíciles a los que se enfrenta un coach y jugando para intentar resolverlos; actuamos un poco y fue una gran experiencia. Recordé que sin importar lo que digan los libros, una cosa es leerlo y otra es vivirlo. Nada fácil ah! Muy divertido y altamente retador.

Lo más lindo del cierre fue hacer «hakas» entre nosotros. Nos creíamos jugadores de rugby antes del partido (estoy con una sonrisa gigante en mi rostro mientras escribo esta parte). Gritamos, hicimos coreografías y demás. En verdad que sentimos de corazón la identidad que generamos durante todo el evento, una relación de integración y colaboración que seguirá por mucho tiempo.

¡Muchas gracias a todos!

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En lo personal fue una experiencia formidable. Muchos amigos apasionados con la Agilidad y su propósito de llevar bienestar a los equipos y organizaciones. Mucho talento y nuevo conocimiento. Y una introspección personal que me ayuda a reafirmar el rumbo de mi carrera. Muy enriquecedor desde el punto de vista profesional y personal.

Quiero agradecer profundamente al equipo organizador formado por: Lucho Salazar (el Ministro), Ricardo Colusso (El Sensei), Luis Mulato (El Dinamizador), Claudia Sandoval (el Hada de la Facilitación gráfica), Juan Daza (El Señor de los Medios) y Neider Tapia (El Guía). Quiero agradecer a mi equipo Agile Inc.: Víctor, Pedro, Wilmar, Rose, Linette, Andrés, Cris; el espíritu de equipo se mantendrá por mucho tiempo más. Y a todos los asistentes, por sus aportes y argumentos, por las sonrisas, por las cervezas y por ayudarme a crecer.

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Gracias, un abrazo gente!!

Johnny